Los nuevos puestos se concentran en unos pocos sectores, como hostelería y algo en educación, mientras se vislumbra un estancamiento en la industria
La desaceleración que afectará a la economía española este año impactará de lleno en las pymes y se dejará notar de manera significativa en el empleo, que sufrirá un fuerte frenazo. Así, las pequeñas y medianas empresas seguirán creando puestos de trabajo a lo largo de 2024, lo que es una buena noticia, pero la mala es que su ritmo se reducirá a la mitad. Concretamente, el ritmo de creación caerá del 3,3% al 1,6%, lo que equivale a casi 175.000 empleos netos este año, frente a los 345.000 que se generaron en 2023, según las previsiones del ‘Boletín trimestral de empleo en las pymes’ publicado este jueves por Cepyme en colaboración con Randstad Research.
Estos nuevos puestos de trabajo, que incluso se han reducido una tercera parte en solo dos años (en 2022 se crearon 524.000), se concentran además en unos pocos sectores; es más, casi un 60% de los nuevos empleos se aglutinan en ocho de las 87 actividades analizadas. Una vez más, los servicios, especialmente las ramas de restauración y de alojamiento, liderarán esta creación de empleo, lo que demuestra la pujanza que mantiene el sector turístico.
De igual manera, tienen un papel destacado, aunque a mucha distancia, actividades en los que tiene un gran peso el sector público, como la Administración Pública y la educación, en los cuales además se creará más empleo que en 2023. Destaca también el dinamismo, ya apuntado en 2023 y que previsiblemente se consolidará en este año, de las actividades de programación, consultoría y otras actividades informáticas, reflejo de la transformación tecnológica que se está produciendo en el modelo económico.
En la otra cara de la moneda, resulta preocupante la fuerte desaceleración que se dará en un sector tan estable y bien pagado como la industria, que ya inició en 2023 un enfriamiento. De hecho, su ritmo de creación de empleo se reduce a solo dos décimas, una quinta parte de lo que se impulsó en 2022, por lo que puede hablarse claramente de un estancamiento, tal y como advierte Cepyme. Incluso cabe destacar la caída de empleo del 12,5% que se prevé para las actividades extractivas de antracita, hulla y lignito; el retroceso del 8,5% de las actividades de apoyo a las industrias extractivas; y el descenso del 3,5% en la fabricación de vehículos de motor y remolques.
Costes disparados y exceso de burocracia
Las micropymes serán las más castigadas por la desaceleración en 2024 y su empleo apenas crecerá un 0,3%, lo que equivale a 8.309 puestos nuevos. Puede decirse, por tanto, que su empleo está estancado, al igual que llama la atención la significativa caída que sufren en la industria y la construcción.
La patronal cargó contra el Gobierno y responsabilizó de este enfriamiento a la fuerte subida de costes que ha impuesto en los últimos años, derivado del fuerte alza de más del 50% del salario mínimo y el encarecimiento de las cotizaciones, así como al exceso de trabas y burocracia. «No necesitamos en España más cargas, más políticas de incrementos de costes, necesitamos conservar la poca flexibilidad en las empresas y no más anuncios de medidas que no han sido contrastadas«, denunció Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme, que recordó que los costes han subido un 12% para las empresas por las políticas del Gobierno.
DIARIO VASCO