DONOSTIA
La realidad de la ‘milla de oro’ no se replica en el resto de los barrios ni en municipios de tradición comercial como Irun o Tolosa
La realidad de la ‘milla de oro’ nada tiene que ver con el resto de zonas comerciales de San Sebastián o de la propia Gipuzkoa, donde municipios con fuerte tradición comercial como Irun o Tolosa van perdiendo también pujanza y presentan cada vez más locales comerciales vacíos. En el caso de Donostia, municipio que cuenta con unas 12.500 lonjas, en torno a más de 2.500 (un 20%) se encuentran vacías, según calculan inmobiliarias y agentes de la propiedad. Y eso que desde 2021, la ciudad ha ganado más de setenta comercios minoristas, según expuso el Ayuntamiento el pasado marzo, con Intxaurrondo a la cabeza con 56 altas. También existen diferencias entre barrios, con Altza como zona más castigada, con el 40% de los locales sin actividad comercial. En El Antiguo dicho porcentaje es del 13%, mientras en Ategorrieta-Ulia llega al 36% de lonjas vacías, y Miracruz-Bidebieta, con el 34,3%. En dos de los principales barrios de la capital guipuzcoana la situación tampoco es positiva. En Gros están vacíos el 17% de los locales y en pandemia echaron la persiana casi el 45% de la pérdida total registrada en San Sebastián. En Amara Berri el 22%, tienen la persiana echada.
Contrastes
En otras localidades de carácter comercial la situación tampoco logra recuperar el esplendor de antaño. Es el caso del Paseo Colón de Irun o la zona de Luis Mariano. Inmobiliarias de la zona como Inmo Colón señalan que cada vez «es más difícil» arrendar locales para nuevos comercios en la localidad fronteriza. En esta larga arteria irunesa, además, según el extremo de la calle donde uno se encuentre, varía mucho el tipo de comercio, que en muchos casos se aleja del estereotipo de franquicias o marcas de moda importantes, para dar paso a comercio más parecido a los de un barrio, con numerosas tiendas de extranjeros. En Tolosa, en calles como Correos, Rondilla o San Francisco es cada vez menos extraño ver carteles de ‘se alquila’ o ‘se vende’ en los escaparates. Una imagen cada vez más habitual en el territorio.