La mayor caída de los emprendedores se produjo el primer año del covid y ha seguido en descenso, al contrario que el empleo por cuenta ajena, que llega a récords
El mercado laboral guipuzcoano y vasco, al igual que el estatal, muestra una dicotomía, y es que el empleo de los autónomos sigue sin levantar cabeza desde el inicio de la pandemia, mientras que la cifra de trabajadores por cuenta ajena, además de recuperarse, ha alcanzado récords históricos. Los datos del Ministerio de Seguridad Social son reveladores. En agosto, último mes del que se tienen registros, había en Gipuzkoa un total de 65.096 autónomos frente a los 66.386 del mismo mes de 2019, el anterior a que estallara la pandemia –hay que recordar que se produjo a finales de febrero de 2020–. Esto supone que en los últimos cuatro años el territorio ha perdido 1.289 trabajadores por cuenta propia. El aumento del cierre de pequeños comercios y la necesidad de más ayudas son los dos principales factores que apuntan asociaciones de autónomos como UPTA-Euskadi.
El mayor descenso se produjo en 2020, precisamente por efecto del covid, que obligó a cerrar temporalmente muchos negocios. Algunos tuvieron que echar la persiana definitivamente porque no pudieron resistir el golpe. Así, en agosto de ese año había ya 656 autónomos menos en el territorio que en 2019. Pero lejos de irse recuperando en los años posteriores, la cifra de trabajadores por cuenta propia ha ido descendiendo paulatinamente. Una caída que ha continuado incluso en este último ejercicio, con 104 menos.
Esta tendencia contrasta con la registrada entre los trabajadores por cuenta ajena, que tras el fuerte descenso producido en el primer año de la pandemia –perdió 6.239 cotizantes– prácticamente recuperó en 2021 todo el empleo perdido y ya en 2022 lo rebasaba ampliamente, como se observa en el gráfico adjunto. Y cuatro años después, en agosto de este año la cifra de afiliados supera en 9.388 a las de 2019.
Hay que recordar que la cifra total de cotizantes –autónomos y por cuenta ajena– del territorio ha sumado varios récords, el último en julio de este año al alcanzar los 336.227. Eso sí, en agosto descendió como es habitual en este mes en relación al anterior, pero aun así contaba con 7.637 afiliados más que el año anterior.
La conclusión es clara: los trabajadores por cuenta ajena siguen recuperándose, mientras continúa la caída de los autónomos. Una situación que se repite también en el conjunto de Euskadi. Así, en agosto había 167.074 autónomos en el País Vasco, 2.241 menos que antes de la pandemia. En ese mismo periodo Euskadi ha ganado 34.175 afiliados por cuenta ajena, hasta contar con 786.084 en agosto de este año. Si se mira con más perspectiva, el régimen general ha ganado en los últimos once años en Gipuzkoa –desde agosto de 2012– 35.000 cotizantes, mientras que el de autónomos se ha dejado por el camino 3.460 afiliados.
Radiografía de los autónomos
En nuestro territorio, entre los grandes sectores, el que cuenta con más trabajadores autónomos es la industria, donde hay 15.679; le sigue el comercio, con 10.150 y la construcción (8.023). La hostelería es otra de las actividades que aglutinan a muchos trabajadores por cuenta propia, con 5.089. A más distancia se sitúa el transporte, con 3.185, la educación (2.285) y la sanidad (2.258). El perfil de los trabajadores autónomos vascos es el de un hombre, de entre 40 y 54 años –aunque con una importante presencia de mayores de 55 años–, del sector servicios, que lleva cinco años o más en su negocio y que cotiza por la base mínima. Así lo recoge la Seguridad Social en su último informe que data de marzo de este año.
Y entra en más detalles, aunque para ello se fija únicamente en los autónomos que son personas físicas, es decir, los que no están integrados en sociedades mercantiles, cooperativas y otras entidades societarias, tampoco son colaboradores familiares ni están registrados como parte de algún colectivo especial de trabajadores. Este colectivo de autónomos personas físicas son algo más de la mitad de todo el colectivo, en concreto, 77.143 en todo Euskadi. Entre estos, como se puede ver en el gráfico adjunto, casi ocho de cada diez autónomos pertenece al ámbito de los servicios. En concreto, había en marzo 59.163. La construcción aglutina al siguiente bloque en importancia, con el 14,7% (11.337 trabajadores por cuenta ajena); seguida por la agricultura (3.772).
Ocho de cada diez autónomos personas físicas no tiene asalariados y una inmensa mayoría solo se dedica a una actividad. Solo el 6,6% (5.053) tienen pluriactividad. Por sexos, el emprendimiento sigue teniendo sobre todo género masculino, ya que los hombres suponen el 62,2% (48.017) de este colectivo, frente al 37,8% (29.126) de las mujeres.
Otra de las características es que casi ocho de cada diez tienen más de 40 años. De ellos, el 44,2% cuenta entre 40 y 54 años (34.098) y el 34,6% supera los 55 años (26.669). Los que están en la franja de 25 a 39 años representan el 19,5% (15.068) y tan solo el 1,7% (1.308) tiene menos de 25 años. Estos datos ponen en evidencia que la primera opción de los jóvenes es trabajar por cuenta ajena y que solo a medida que pasan los años se animan a emprender un negocio, muchos por pura necesidad y no por vocación. De hecho, un estudio reciente destacaba que dos de cada tres autónomos habían optado por esta modalidad de trabajo al no poder encontrar un empleo por cuenta ajena.
Si nos fijamos en la antigüedad del negocio, el 63,3% lleva más de cinco años; el 10,7% entre tres y cinco; el 14,1% entre uno y tres y el 11,8% menos de un año. En lo que respecta a la base de cotización, el grueso de los autónomos lo hace entre la base mínima y 1,5 veces esa base. Se trata del 76,7% del total. Otro 10% lo hace entre 2 y 3 veces la base mínima; el 6,2%, entre 1,5 y 2 veces la base mínima; el 4,4% por el mínimo fijado por el Ministerio y tan solo el 2,7% (2.112) por más de tres veces la base mínima. El informe de la Seguridad Social subraya que es destacable el aumento medio de las bases de cotización, especialmente el tramo 4 (entre dos y tres veces la base mínima).
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