El 20% reduce la adquisición de productos básicos al percibir un encarecimiento, sobre todo en el aceite, según el Observatorio vasco del Comercio
La inflación es lo que más quita el sueño a los guipuzcoanos. Por segundo año consecutivo el impacto del alza de los precios figura como principal inquietud de los ciudadanos de Gipuzkoa, y de toda Euskadi, y comienza a tener consecuencias visibles. Una de las más llamativas es la de «posponer la compra de bienes duraderos que tenía previsto adquirir a principios de año», con tres sectores principalmente afectados: vehículos, vivienda y viajes. Dos de cada diez guipuzcoanos ya han tomado esa decisión de esperar para adquirir coche, casa o grandes vacaciones.
Esta es la principal conclusión del informe del Observatorio del Comercio de Euskadi (Enfokamer), presentado ayer en Bilbao por el consejero de Comercio del Gobierno Vasco, Javier Hurtado, y que recoge que la carestía de la vida, con una inflación del 3,4% en enero, todavía por encima del objetivo del 2% del Banco Central Europeo, continúa reduciendo de forma «progresiva» la capacidad adquisitiva de las familias e impactando en el consumo, sobre todo en el comercio.
La prevención de mirar mucho al bolsillo antes de realizar cualquier gasto es bastante uniforme en los tres territorios de la Comunidad Autónoma Vasca, con una media del 20%. En Gipuzkoa, precisamente, es ligeramente menor (un 19,3% de los ciudadanos), mientras en Araba sube ligeramente, hasta el 21,4%, por el 20,8% de Bizkaia.
El consejero de Turismo, Comercio y Consumo, durante su comparecencia, empleó en varias ocasiones el término de «congelación» para referirse a cómo el alza de los precios frena a los consumidores. También en la alimentación. El sondeo, en este sentido, refleja que dos de cada diez personas están reduciendo la adquisición de productos «básicos» de alimentación por la subida percibida. Tres de cada cuatro encuestados aseguran haber percibido esa carestía al hacer la cesta de la compra. Y entre los productos que destacan como los más caros figura el aceite, el producto cuyo alza de precio más ha dado que hablar en los últimos meses. El 22% de los guipuzcoanos alude espontáneamente al ‘oro líquido’ cuando se les pregunta por los productos más afectados por la inflación. Un 12% cita también las frutas y verduras. Fuera de los alimentos, gasolinas y combustibles (21,2%) y luz, energía, agua y gas (8,2%) son los conceptos que más duelen en el bolsillo de los ciudadanos de Gipuzkoa, según el estudio del Gobierno Vasco. En resumen, algo más de la mitad de la población, un 51,9%, considera que su capacidad de ahorro se ha reducido respecto al año pasado.
Son los vascos que rondan entre los 30 y 50 años los más reacios a hacer desembolsos en coches, grandes viajes o viviendas, los tres conceptos tachados en rojo en el estudio. El 26,9% de quienes tienen entre 30 y 39 años no lo tienen previsto, y esa tasa se dispara hasta el 29,3% si la media de los encuestas se alarga hasta los 50 años. Por sexos, las mujeres se cuidan más de gastar (21,7%) frente al 19% de hombres. La compra de electrodomésticos (13,5%) y de aparatos de informática y electrónica (9,6%), equipamientos también que obligan a realizar importantes desembolsos, son otros de los productos que empiezan a estar proscritos por la inflación.
Vaso menos vacío
Los guipuzcoanos, al menos, son los que ven el vaso menos vacío. Su umbral de percepción de la situación actual es negativo, con un 83,1, por debajo del cien, que marca una visión neutra. Pero al menos son más optimistas que la media vasca (76,6) y que sus vecinos vizcaínos (74,1) y alaveses (71).
Además, si bien la principal inquietud de la población vasca sigue siendo la inflación, baja notablemente el porcentaje, un 34,6%, frente al más del 50% en 2022, aunque sigue siendo lo que más inquieta por encima de otras cuestiones como la sanidad o la delincuencia. En Gipuzkoa, la carestía de los precios preocupa al 30,3% de los encuestados. Araba es el único territorio donde la vivienda preocupa más que la inflación.