URRETXU
Un retiro deseado. Pasa el relevo al joven zumarragarra Julen Izagirre, ilusionado con emprender una nueva etapa en su vida
Esta es la crónica de una despedida, pero de sabor dulce. El próximo 4 de agosto, Txema Iriberri bajará la persiana del bar ‘Eire’ por última vez, para comenzar una ‘nueva vida’ después de 25 años detrás de la barra del emblemático establecimiento y otros 15 anteriores al frente del bar de la Cantina de la estación junto a su hermano Jesús.
El ‘Eire’ no cierra. El zumarragarra Julen Izagirre tomará el relevo de Txema y el alma máter de su cocina, Karmele Graña (mujer de Txema), continuará al pie del cañón junto al nuevo responsable. Izagirre proviene del mundo de la publicidad y el diseño gráfico, donde ha ejercido hasta la fecha y es especialmente conocido a nivel local por haber ganado en innumerables ocasiones el concurso de la portada de las fiestas de Santa Isabel y Santa Anastasia. También es DJ y posee experiencia en el sector de la hostelería.
«Durante este tiempo vinieron muchas personas interesadas en coger el bar, pero cuando se presentó Julen, ¡zas!, no tuve ninguna duda de que fuera él. Sabemos que seguirá apostando por lo que hemos hecho bien en Eire durante todos estos años, cuidando el ambiente, la cocina y el servicio que siempre nos ha caracterizado. Me consta además, que va a apostar todavía más por los lunchs de bodas, quintadas, cumpleaños…», señala Txema. Está contento, al fin y al cabo ‘Eire’ es «como un hijo» para él.
Más allá de atender un bar, Txema ha dado rienda suelta a sus inquietudes culturales y aficiones en su establecimiento, dejando momentos memorables. El ajedrez ha protagonizado muchos de ellos. En este tiempo, se han organizado 21 ediciones del popular Torneo Eire, clasificado por la misma Federación Vasca de Ajedrez de especial interés. El bar urretxuarra acogió en 2009 nada más y nada menos que la primera exhibición del campeón de ajedrez más joven del mundo, Ruslam Ponomariov, que jugó contra ocho personas a la ciega. Aquel evento fue portada de periódicos y noticia destacada en todas las televisiones estatales. También se presentó en el bar el primer programa informático de ajedrez de Euskadi creado ex profeso para el Torneo Eire, ‘DanaSah’, obra del zumarragarra Pedro Castro. A estos hitos le han acompañado hazañas y curiosidades como una partida de ajedrez viviente jugada contra Mario Gómez, dos veces campeón de España, sin un caballo. Txema creó incluso un programa de radio, ‘Eire, tu programa de ajedrez’, conducido por el mismo, que tuvo un notable éxito. También han formado parte de la vida de ‘Eire’ los campeonatos de mus, 20 en total.
«Grandes amistades»
«En el bar se forjan grandes amistades. Pero, como en todas partes, hay personas con las que te llevas importantes decepciones y otras, las que menos piensas, te dan sorpresas enormes. Hubo dos momentos en los que sentimos especialmente el apoyo de la gente, cuando en 2008 se nos quemó la casa y no pudimos volver a ella en ocho meses y durante la pandemia. En la época del confinamiento, con el bar cerrado, la gente nos paraba por la calle cuando íbamos a comprar al supermercado para preguntarnos cómo estábamos y si necesitábamos algo», reseña.
«Los mejores momentos son las charlas banales con los clientes con los que tienes más feeling. Pero, la mayor gozada, sin duda, ha sido compartir la media hora de tertulia en su rutina diaria con el que fuera y es mi profesor, primer alcalde de la democracia de Urretxu, Juanito Arbizu, una de las personas más sabias que conozco», señala.
Otra de las cosas de las que Txema habla con orgullo es del buen ambiente que siempre ha imperado en el bar. «En 25 años nunca se ha personado la Er-tzaintza para nada», indica.
El ‘Eire’ fue también uno de los ocho primeros establecimientos en obtener el sello del Código Ético del Turismo de Euskadi.
¿Y después de cerrar la puerta del bar el 4 de agosto, qué? «Leeré un montón de libros que tengo pendientes, escribiré… y, supongo, viviré disfrutando de todas esas pequeñas cosas que en 40 años no he podido hacer», indica Txema.
A sus 60 años, ha decidido retirarse ahora, en lugar de esperar a los 65 porque «se siente fundido, y siente que es el momento de hacerlo».
«Fíjate. Antes de la pandemia estábamos decididos a ampliar la cocina e incrementar aún más la oferta culinaria,… pero con el confinamiento tomamos conciencia de lo bien que se está en casa, de la importancia de tener una calidad de vida, de lo grande que es poder comer en casa, y no rápido y corriendo, de pie, en el bar… A partir de entonces, empezamos a plantearnos las cosas de otro modo, comenzamos a cerrar los lunes y martes por la mañana, a tomar días de descanso extra después de fechas de intenso trabajo», explica Txema.
«Pierdes dinero, pero llega un momento en el que teniendo lo suficiente para vivir y estar bien nos vale, no somos ambiciosos. Mi hija es fisioterapeuta y mi hijo técnico en robótica, están felices trabajando en lo suyo», señala.
El ‘Eire’ ha organizado una fiesta para el 20 de julio, en la que se celebrará tanto el 25 aniversario del propio bar como el relevo que se dará en el mismo de Txema a Julen. Comenzará a las 18.00 horas. «Pintaremos a los niños las caras o les haremos bigotes. Lo que quieran. A partir de las 19.00, Julen Izagirre amenizará la tarde-noche pinchando como él sólo sabe. Tendremos versos, bertsos, pintxos, cortador de jamón y muchas sorpresas. Al día siguiente, 21, habrá un torneo de mus relámpago, a las 16.00», anuncia.
Pese a ser una retirada meditada y deseada, reconoce que son días «sensibles y un poco fastidiados» para él. «Tendría que estar mucho más contento, pero es inevitable que me de mucha pena, llevo toda la vida aquí», incide. Es el peaje de haber vivido con pasión y entrega cada día detrás de la barra del Eire. «Quiero dar las gracias a todos los que nos han acompañado en estos 25 años, a los que siguen haciéndolo, a nuestros distribuidores y a todos nuestros amigos. Os quiero», termina indicando Txema.
EL DIARIO VASCO